Decir Verdejo, es decir Rueda y es decir vino blanco. Vino blanco del bueno. Tanto es así que no es de extrañar escuchar en cualquier restaurante a alguien pedir un Rueda o un Verdejo. Lo que en realidad está queriendo pedir es un vino blanco… del bueno, claro.

En nuestro país, se ha convertido en una estampa casi icónica comenzar los aperitivos del fin de semana con algún blanco de esta región. Sobre todo cuando se acerca el verano ya que se recomienda tomar bien fresquito, entre unos 6 – 8°C.

Pese a ello, en Sonrojos, somos firmes defensores de beber vino blanco en cualquier época del año. El placer de beberlo y disfrutar de su fresco y amplio abanico aromático es, y debe ser, atemporal.

¿Un Verdejo o un Rueda? ¿Qué diferencia hay?

Primero hagamos una breve distinción entre Verdejo y Rueda para quien pueda tener todavía algún atisbo de duda. La D.O. Rueda se trata de una denominación de origen de vino española cuya extensión abraza las provincias castellanas de Ávila, Segovia  y Valladolid. Mientras que la Verdejo es la variedad de uva blanca autóctona de esta región, y que por tanto expresa de una manera más fiel las peculiaridades de sus pedregosos suelos.

Su perfil

En cuanto a su perfil enológico podríamos destacar su componente afrutado, con aromas a lima, pomelo o melón, junto a toques herbáceos que recuerdan al hinojo. Se tratan de vinos blancos secos, con una agradable y marcada acidez.

Los vinos blancos de Rueda pueden presentar ciertas diferencias en función de si han sido envejecido en barrica, o por el contrario, se han embotellado directamente el mismo año. En el primer caso, podremos encontrar vinos blancos de Rueda con mayor cuerpo, más untuosos y con una mayor aparición de aromas terciarios propios del envejecimiento en madera. En el segundo caso, los vinos embotellados directamente con la idea de ser consumidos en períodos relativamente cortos, se tratan de vinos mucho más florales y frescos.

Extensión de la verdejo

La Verdejo constituye aproximadamente el 85 % de la producción de toda la D.O. Sin embargo, también cobran un interesante protagonismo otras variedades blancas como la Viura o la Sauvignon Blanc, junto a una testimonial presencia de la variedad Palomino.

Etiquetado

Antes de abrir una botella de Rueda, debemos fijarnos muy bien en su etiqueta, más bien en la contraetiqueta de su parte trasera. Ésta nos va a aportar información bastante valiosa acerca de las características del vino que tenemos en nuestras manos.

Si observamos la siguiente etiqueta, nos dice que el vino está avalado por el consejo regulador de la D.O. Rueda. Es un vino de Rueda que tiene, al menos, el 50 % de la variedad Verdejo en su composición final. El resto suele corresponder a la variedad Viura.

Esta otra nos asegura que más del 85 % de ese vino está constituido por la variedad Verdejo.

Mientras que esta última nos aclara que un porcentaje superior al 85 % del vino estará compuesto de la variedad Sauvignon Blanc.

Confusiones

Por último, no debemos confundir la uva Verdejo (variedad eminentemente continental) frente a la Verdelho portuguesa. Pese al parecido de sus raíces etimológicas no se trata de la misma variedad. La Verdelho es una variedad atlántica, autóctona del país vecino, y con características sustancialmente diferentes a nuestra Verdejo.

Los vinos blancos de Rueda se han convertido en todo un exponente del vino blanco de calidad en nuestro país. Su excelente relación calidad/precio hace que que sean un recurso que no puede faltar en nuestras mesas.

Así que ya sabéis, sea invierno o verano, guardad un buen verdejo en la nevera. Os arreglará el aperitivo, un buen pescado, o cualquier plato con el que os atreváis a combinarlo.

 

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